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Motivación

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Autoconcepto

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El autoconcepto es la suma de creencias de un individuo sobre sus cualidades personales, es decir “que sabemos (o creemos saber) de nosotros mismos”. Este concepto de sí mismo lo vamos formando a lo largo de nuestra vida, por ejemplo vamos interpretando nuestras emociones y nuestra conducta y la comparamos con la del otro ¿es igual o diferente?
Una vez formado un autoconcepto coherente, construimos nuestra autoestima, es decir: “cómo nos sentimos con nosotros mismos”. Según nuestro autoconcepto podemos sentir desde que no valemos nada, lo que implica insatisfacción, rechazo y desprecio de sí mismo, hasta una alta autoestima que expresa un sentimiento de que uno es “suficientemente bueno”, o que somos los mejores.
La autoestima está determinada por el concepto que tenemos de nuestro yo físico, el ético o moral, el personal, el familiar el social, la identidad, la autoaceptación, el comportamiento y la autocrítica (Fitts, 1965).
Una autoimpresión coherente se forma con estos dos componentes: del concepto que tenemos sobre nosotros (lo que sabemos de nosotros mismos) y de la autoestima (cómo nos sentimos con nosotros mismos). Esta visión de nuestro yo no es inamovible, sino que está en constante cambio y desarrollo dependiendo de nuestra experiencia, de las circunstancias de la vida y del contexto social en el que nos movemos.
¿Cómo establecemos nuestro “yo”?
Desde épocas antiguas, ya los filósofos griegos recomendaban “conócete a ti mismo”. Porque podemos sentir que somos tímidos o lanzados, inteligentes o tontos, atractivos o no, etc. pero ¿de dónde hemos sacado esas conclusiones sobre nosotros mismos? Veremos más adelante cómo creamos nuestra impresión del yo, cómo llegamos a creer saber cómo somos y cómo nos sentimos acerca de nosotros mismos.
Revisar cómo somos en realidad es importante, una que una vez hemos establecido nuestro “yo”, todos nuestros pensamientos, sentimientos y conductas tienden a corroborar este criterio formado, y nos resistimos a la información que lo contradice.
Formamos el criterio sobre nosotros mismos a través de cómo interpretamos nuestras acciones y sobre todo en la infancia, de cómo las interpretan los demás, como piensan y sienten sobre lo que hacemos, y en la infancia influyen en especial nuestros padres a formarnos el criterio sobre nosotros.
Pongamos un ejemplo: si nuestro padre/madre/maestro ante un suspenso en matemáticas nos dijo de pequeños:
“Es extraño porque tú eres muy bueno en matemáticas, quizás dedicaste poco tiempo” nuestro pensamiento confirmará “soy muy bueno en matemáticas, dedicaré más tiempo”
Pero si su respuesta es “Es que a ti te cuestan mucho las matemáticas”, nuestro pensamiento confirmará “no valgo para las matemáticas, no merece la pena esforzarme”
Y de esta forma creemos que valemos o no valemos para tal o cual cosa, que somos valientes, vergonzosos, etc.
No es únicamente lo que nos dicen, sino los sentimientos que nos transmiten sobre nuestras capacidades y forma de ser lo que nos ayuda a ir formando un criterio de cómo creemos que somos.
Pero a veces tenemos contradicciones
A través de nuestra conducta y también comparándonos con los demás para medir cómo somos, por ejemplo pensamos:
Si salgo con frecuencia con amigos creo que soy extrovertido.
Pero siento timidez, entonces es que soy tímido.
Con mi familia soy extrovertido, pero con las chicas soy tímido
¿Cómo soy realmente?
Nos vemos a nosotros mismos adoptando una serie de roles diferentes: con la familia, con los amigos, en el trabajo… y vemos que nos comportamos de forma diferente ¿porqué? Pues en muchas ocasiones nos comportamos repitiendo el “papel” que se espera de nosotros, en otras procedemos con mayor libertad y somos más nosotros mismos.
¿Podemos cambiar nuestro comportamiento?
Hacerlo solos no es una tarea fácil, ya que algunos de nuestros comportamientos están muy fuertemente arraigados en nuestro cerebro, pero podemos intentarlo siguiendo estas pautas:
Detección. Cuando nos encontramos en una determinada situación que nos resulta incómoda, es que ahí hay un problema.
Análisis. Piensa qué te ha pasado, porque has reaccionado así, que hubieras podido hacer para sentirte más a gusto con tu conducta, y porque crees que no lo has hecho.
Acción. La próxima vez, intenta comportarte de la forma que te hubiera hecho sentir bien.
Si no lo consigues con facilidad, no seas duro contigo mismo. Piensa que toda la información que hemos ido recibiendo desde pequeños se ha ido gravando de forma física a nivel bioquímico en nuestro cerebro -es algo constatado por la neurociencia a través de investigaciones y utilización de medios como las tomografías cerebrales- y es por lo tanto un aprendizaje difícil sin la ayuda de un terapeuta que utilice técnicas adecuadas, aún así, te animo a que lo intentes porque seguro que los cambios y nuevas actuaciones que adquieras te van a sorprender.

La amistad

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La amistad es una relación afectiva entre dos o más personas. La amistad es una de las relaciones interpersonales más comunes que la mayoría de las personas tienen en la vida.
Los tres mosqueteros, del francés Alexandre Dumas: una historia basada en la inquebrantable amistad de sus personajes.La amistad se da en distintas etapas de la vida y en diferentes grados de importancia y trascendencia. La amistad nace cuando las personas encuentran inquietudes comunes. Hay amistades que nacen a los pocos minutos de relacionarse y otras que tardan años en hacerlo. La verdadera amistad dura toda la vida.

La Historia de Juan
Juan es un muchacho de 15 años y va a una fiesta con su enamorada Lucía y un grupo de amigos compuesto por 3 chicas y 2 chicos. Durante la fiesta bailan y conversan, pero Lucía tiene que retirarse por que sus padres la han ido a recoger.
Juan y los demás se quedan en la fiesta, pero luego una de las amigas de Lucía, empieza a insinuarse con él, mientras bailan.
Juan se encuentra asombrado, y duda en aceptar los coqueteos de la amiga, ya que ella le gusta.

Responde:
1. ¿Qué piensas acerca de la conducta de la amiga de Lucía?
2. ¿Qué hubieras hecho tú si el enamorado(a) de tu amiga(o) te gusta? ¿Por qué?
3. ¿Qué hubieras hecho tú en el caso de Juan? ¿Por qué?

Cambios en la adolescencia

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La mayoría de los expertos creen que la idea de que los adolescentes son regidos por las "hormonas descontroladas" es una exageración. No obstante, esta es una edad llena de cambios rápidos en su estado emocional, el mal genio y una gran necesidad por la privacidad, así como la tendencia a ser temperamentales.
Los niños pequeños no pueden pensar en el futuro demasiado, pero los adolescentes sí pueden y suelen hacerlo con frecuencia-lo que resulta en que se preocupen por el futuro. Algunos podrían preocuparse excesivamente de:
• su rendimiento en la escuela;
• su apariencia, su desarrollo físico y su popularidad;
• la posibilidad de que uno de sus padres fallezca;
• ser hostigados en la escuela;
• la violencia escolar;
• no tener amigos;
• las drogas y el alcohol;
• hambre y pobreza en el país;
• fracaso en obtener empleo;
• bombas nucleares o ataques terroristas en el país;
• el divorcio de sus padres; y
• la muerte.
Muchos adolescentes son un poco cohibidos. Y dado que los cambios físicos y emocionales son drásticos, también suelen ser muy sensibles sobre sí mismos. Quizás se preocupen por algunas cualidades personales o "defectos" que para ellos son algo muy importante, pero que para otros son inconsecuentes. (Ellos piensan: "No puedo ir a la fiesta esta noche porque todos se van a reír de la espinilla tamaño pelota que traigo en la frente." Realidad: La espinilla es pequeñita y la esconde el cabello.) Un adolescente también puede estar bastante absorto en sí mismo. Puede creer que él es la única persona en el mundo que siente como él, o que tiene las mismas experiencias, o que es tan especial que nadie más, especialmente su familia, lo puede comprender. Esta creencia puede contribuir a los sentimientos de soledad y aislamiento. Además, el enfoque en sí mismo puede afectar la manera en que el adolescente se relaciona con familiares y amigos. ("¡No puedo soportar que me vean salir al cine con mi mamá!")

LOS ADOLESCENTES CAMBIAN REPENTINAMENTE DE ESTADO EMOCIONAL

Las emociones del adolescente a veces parecen exageradas. Sus acciones son inconsistentes. Es normal que los adolescentes cambien repentinamente de estado emocional, entre la felicidad y la tristeza, entre sentirse inteligentes o estúpidos. De hecho, algunos expertos consideran que la adolescencia es como una segunda niñez temprana. Como explica Carol Bleifield, una consejera escolar de nivel secundario en Wisconsin, "De momento quieren que se les trate y les cuide como a un niño pequeño. Pero cinco minutos más tarde quieren que los adultos se alejen de ellos, diciendo, 'Déjame hacerlo sólo'". Puede ser beneficioso si usted les ayuda a comprender que están atravesando una etapa con muchos y grandes cambios, cambios que no siempre parecen resultar en el progreso."
Además de los cambios emocionales que ellos sienten, los adolescentes exploran varias formas de expresar sus emociones. Por ejemplo, un joven que anteriormente saludaba a sus amigos y visitas con abrazos afectuosos, puede de repente cambiar a un adolescente que saluda con el más leve reconocimiento. Similarmente, los abrazos y besos que antes expresaban su amor por sus padres ahora se convierten en un alejamiento y una expresión de, "Ya déjame, mamá". Es importante recordar que estos son cambios a las formas en que ellos expresan sus sentimientos, y no cambios a los sentimientos en sí por sus amigos, sus padres y otros familiares.
Pero esté pendiente por señas de cambios emocionales excesivos o por períodos de tristeza de larga duración. Estas señales pueden indicar problemas emocionales severos.

Autoestima

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La autoestima es el sentimiento valorativo de nuestro ser, de nuestra manera de ser, de quienes somos nosotros, del conjunto de rasgos corporales, mentales y espirituales que configuran nuestra personalidad. Esta se aprende, cambia y la podemos mejorar. Es a partir de los 5-6 años cuando empezamos a formarnos un concepto de cómo nos ven nuestros mayores (padres, maestros), compañeros, amigos, etcétera y las experiencias que vamos adquiriendo.

Según como se encuentre nuestra autoestima, ésta es responsable de muchos fracasos y éxitos, ya que una autoestima adecuada, vinculada a un concepto positivo de mí mismo, potenciara la capacidad de las personas para desarrollar sus habilidades y aumentará el nivel de seguridad personal, mientras que una autoestima baja enfocará a la persona hacia la derrota y el fracaso.

¿Qué me está pasando?

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Al entrar en la pubertad, los adolescentes pasan por grandes cambios físicos, y no sólo en relación con su estatura y figura, pero también en otras formas, tales como el desarrollo del vello púbico y en las axilas, así como el olor que exude de sus cuerpos. En las jovencitas, los cambios incluyen el desarrollo de los senos y el comienzo de la menstruación; en los varones, los cambios incluyen el desarrollo de los testículos.
No todos los adolescentes comienzan la pubertad a la misma edad. En las jovencitas, estos cambios pueden llegar entre los 8 y los 13 años de edad; en los varones generalmente la pubertad comienza dos años más tarde. Este es la etapa durante la cual las características físicas varían más entre los compañeros de clase y entre los amigos-algunos pueden crecer tanto que, al terminar el año escolar, ya no caben en los pupitres que se les asignaron el septiembre anterior. Para otros, los cambios llegan más despacio.





¡Amor SÍfilis NO!

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Cuántas veces haz visto esta frase en los hospitales, alguna vez te haz preocupado en averiguar que es la Sífilis, y porque es importante la protección al momento de tener relaciones sexuales, aquí te presento información sobre esta enfermedad que aunque no lo crean tiene consecuencias muy lamentables.


CONTAGIO


La sífilis se contagia principalmente por contacto sexual, por contacto de la piel con la ligera secreción que generan los chancros o por contacto con los clavos sifilíticos de la persona enferma: al realizar sexo oral sin preservativo (ya sea que los chancros estén en la boca, en el pene o en la vulva), al besar una boca con chancros (que son indoloros), por inoculación accidental (por compartir jeringas), o puede ser transmitida de la madre al hijo a través de la placenta (sífilis congénita) o a través del canal de parto (sífilis connatal).

En este caso, el bebé puede morir pronto o desarrollar sordera, ceguera, disturbios mentales, parálisis o deformidades.


Chancro (primera etapa de la sífilis) desarrollado en el sitio de contagioEs prácticamente imposible que se transmita por una transfusión de sangre, porque la sangre se analiza antes de transfundirse, y porque el treponema pálido no se puede mantener vivo más de 24 a 48 horas en la sangre conservada en hemoteca.

En comunidades que viven bajo pobres condiciones higiénicas, la sífilis endémica puede transmitirse por contacto no sexual. Pero no se transmite por el asiento en sanitarios, actividades cotidianas, tinas de baño o compartir utensilios o ropa.

Es importante notar que el sujeto en la fase precoz de la enfermedad resulta altamente contagiante (la úlcera venérea pulula de treponemas), pero se sostiene que después de cuatro años el individuo infectado no puede difundir más el microorganismo mediante relaciones sexuales. En las relaciones entre hombre y mujer es más fácil que se contagie el hombre. El período donde más personas se contagian es entre los 20 y los 25 años de edad. El recontagio es muy común en varones homosexuales.

En los años ochenta y noventa en Europa hubo una relativa disminución de los casos de sífilis, relacionados con el temor al contagio por VIH, que conllevó al uso generalizado del preservativo (que representa una eficiente barrera contra el contagio, tanto del VIH como del T. pállidum. Pero a fines de los años noventa y principios del 2000, al generalizarse la información de que el contagio de VIH es casi nulo en casos de sexo oral en el pene no protegido, ha habido un recrudecimiento de casos de sífilis.

Según datos de la OMS, en el mundo existen 12 millones de nuevos casos de sífilis:

África Subsahariana: 4 000 000
Sur de Asia y Asia Pacífico: 4 000 000
Latinoamérica y el Caribe: 3 000 000
Norte de África y Oriente Medio: 370 000
Europa Occidental: 140 000
Europa Oriental y Asia Central: 100 000
Norteamérica: 100 000
Australia y Nueva Zelanda: 10 000

SÍNTOMAS

En vez de provocar una intensa respuesta inmune celular y humoral, el T. pállidum puede sobrevivir en un huésped humano durante varias décadas.

Los síntomas de la sífilis son numerosos y ligeramente variados. Antes de la aparición de las pruebas serológicas, el diagnóstico preciso era imposible. De hecho, se la llamaba «la gran imitadora» ya que —en la fase primaria y secundaria— sus síntomas pueden confundirse fácilmente con los de otras enfermedades, haciendo que el sujeto le reste importancia y no acuda al médico.

El 90% de las mujeres que la padecen no saben que la tienen porque, en la mayoría de los casos, el chancro aparece en el cuello uterino. Cuando la bacteria entra al organismo, se disemina rápidamente y poco a poco invade todos los órganos y tejidos.

Primera etapa


Después de un período de incubación de 10 días a 6 semanas (3 semanas promedio), en el sitio de inoculación —la boca, el pene, la vagina o el ano— se presenta una ampolla no dolorosa que rápidamente se ulcera, convirtiéndose en una llaga circular u ovalada de borde rojizo, parecida a una herida abierta, a esta se le llama chancro.
Es característica su consistencia cartilaginosa, con base y bordes duros.
En el varón los chancros suelen localizarse en el pene o dentro de los testículos, aunque también en el recto, dentro de la boca o en los genitales externos, mientras que en la mujer, las áreas más frecuentes son: cuello uterino y los labios genitales mayores o menores.
Durante esta etapa es fácil contagiarse con la secreción que generan los chancros.
El chancro desaparece al mes o mes y medio, pero no porque el enfermo se esté curando, sino porque la siguiente fase está por comenzar.


Segunda etapa

Puede presentarse medio año después de la desaparición del chancro y dura de tres a seis meses, provocando ronchas rosáceas indoloras llamadas «clavos sifilíticos» en las palmas de las manos y plantas de los pies (que a veces pueden aparecer en otros sitios como pecho, cara o espalda), fiebre, dolor de garganta y de articulaciones, pérdida de peso, caída de cabello, cefaleas y falta de apetito

A veces, unas erupciones planas llamadas condiloma latum brotan alrededor de los genitales y ano
Los enfermos no siempre llegan a la última fase; entre el 50 y 70% pasan a la etapa de latencia, en la que los síntomas se van y vuelven.
Los clavos sifilíticos pueden ser muy contagiosos si existen heridas, pudiendo incluso contagiar a alguien por el hecho de darle la mano. Cuando la segunda fase termina, la sífilis permanece en el organismo durante mucho tiempo , hasta que vuelve a despertar en la fase primera.


Tercera Estapa


En la tercera fase (llamada también fase final), la sífilis se vuelve a despertar para atacar directamente al sistema nervioso o algún órgano.
En esta fase se producen los problemas más serios y puede llegar a provocar la muerte. Algunos de los problemas son:
trastornos oculares,
cardiopatías,
lesiones cerebrales,
lesiones en la médula espinal,
pérdida de coordinación de las extremidades
aneurisma sifilítico o luético, etc.

Lesión (en la nariz) de la tercera etapa de la sífilis
Aunque un tratamiento con penicilina puede matar la bacteria, el daño que haya hecho en el cuerpo podría ser irreversible.
La locura causada por la sífilis en su última etapa fue alguna vez el tipo de demencia más común.


TRATAMIENTO


Antiguamente se trataba con mercurio, lo cual hizo famosa la frase Una noche con Venus y una vida con Mercurio, pero este tratamiento era más tóxico que beneficioso y en la actualidad se utiliza antibióticos como las penicilinas. Se puede curar fácilmente con antibióticos durante la fase primaria y secundaria. La penicilina también actúa en la última etapa aunque en ese caso debe ser penicilina g-sódica por vía intravenosa, ya que es la única forma de que se difunda el antibiótico por el LCR líquido cefalorraquídeo, que es donde se encuentra la bacteria durante esta última fase. Quienes la padecen deben llevar una vida saludable con una dieta equilibrada y un sueño adecuado. La bacteria Treponema pállidum, es una espiroqueta y puede ser tratada con penicilina benzatinica.


SECUELAS


Tratada a tiempo, la enfermedad tiene cura sencilla sin dejar secuelas.
El padecer la sífilis aumenta el riesgo de contraer otras enfermedades de transmisión sexual (como el VIH), ya que los chancros son una vía fácil de entrada en el organismo.
Si no se trata a tiempo, puede ocasionar
ulceraciones en la piel,
problemas circulatorios,
ceguera,
parálisis,
demencia,
trastornos neurológicos,
la muerte.
En algunos casos, las personas que supuestamente ya han obtenido la cura todavía pueden infectar a los demás.
El haber padecido sífilis y haberse curado no implica inmunidad, ya que rápidamente se puede volver a contraer. Esto se debe a que la bacteria que produce la sífilis (treponema pallidum) cuenta con tan sólo nueve proteínas en su cubierta, lo cual no es suficiente para que el sistema inmunológico humano la reconozca y pueda producir anticuerpos para combatirla o inmunizarse.